Cuando te amas todo sale bien, las personas viven constantemente haciendo malabarismos con la existencia. Las carencias tienen más fuerza que los potenciales. Nos da miedo expresar lo que somos, nos da miedo que nos rechacen, no estar a la altura de lo que se espera de nosotros. Nos da tanto miedo, que muchas veces sin darnos cuenta vamos matando lentamente a ese ser maravilloso que somos, simplemente porque se nos olvidó amarnos.
¿Cómo hemos podido olvidarnos de amarnos? ¿Qué nos ha pasado?
Cada día veo en mis consultas mucho miedo que convierte a las personas en todo menos en ellas mismas. He visto ángeles, magas, sabias, sanadoras, verdaderas maravillas, almas excepcionales escondidas tras el cristal opaco del miedo. He visto brillar en sus pupilas la nostalgia por ese amor perdido. Y también, la impotencia al no saber cómo recuperarlo.
Un día, no sabemos cuándo, se nos olvidó querernos. Incluso puede ser que viniésemos de otras vidas ya con esa carencia, con ese sentimiento de vacío, y de soledad. Una tristeza rara, una nostalgia hacia algo que no sabemos qué es. Buscamos el amor de los demás, que nos protejan, que nos reconozcan, que nos acepten, ponemos todo nuestro esfuerzo en que el amor venga desde fuera. Porque nos han educado en que el amor viene desde fuera, todo lo bueno viene desde fuera, pero no es verdad. Para querernos, lo primero que debemos hacer, es dejar de esperar que nos quieran.
Cuando te amas todo sale bien, porque no puede ser de otra manera.
Cuando me amo todo sale bien porque dejo de juzgarme, de autolesionarme emocionalmente, de auto-convencerme para alimentar mis creencias, dejo de esperar, vivo en el presente, canto por la mañana cuando me levanto, y por la noche antes de irme a dormir, porque soy feliz. ¿Y cómo no lo voy a ser? Es imposible no ser feliz, cuando una está enamorada y encima es correspondida.
El amor lo sana todo. Seguro que has escuchado esa frase. Y también que debes amar al prójimo, perdonar, ayudar, y no sé cuántas creencias más. Otra vez, te has o te han confundido. Cuando alguien te hace daño, debes sentir ese dolor, la decepción, la rabia, la impotencia, todo. Debes decírselo a la cara, sin miedo. Sino lo haces, es porque tienes temor a la pérdida, no porque estés en el amor que todo lo perdona. El auto-engaño es la herramienta más eficaz del ego. Ojo con lo que tu mente te dice, porque la mente no es amor, es ego.
El amor lo sana todo, cuando te amas , ese es el verdadero poder del amor. Conectar con nuestro poder de sanación, es lo más maravilloso que puede sucedernos, pero sin darnos cuenta mantenemos atrapado a nuestro yo más bello, al más precioso, al que más brilla, a tu yo iluminado.
Para aprender a quererte, primero tienes que aprender a no quererte. Muchas personas se piensan que se quieren, y luego se dan cuenta de que no. Quererse no es cuidarse, es diferente. Una se cuida para sentirse bien con su cuerpo. Cuando te quieres no sólo te cuidas, también te respetas, y lo más importante reconoces que no te quieres de la manera en la que te gustaría que te quisieran los demás.
¿Cómo puedes saber si no te quieres?
Muy fácil, no te amas cuando tu vida no funciona. Porque cuando te amas todo sale bien.