
No saber gestionar la incertidumbre genera ansiedad en muchas personas. Algunas recurren a métodos de adivinación para poder sobrellevar la espera, pero sobre todo para que les digan qué va a ocurrir. ¿Se va a enamorar de mí el hombre o la mujer que me gusta? ¿Va a volver mi ex conmigo? ¿Encontraré trabajo? ¿Me va a llegar dinero de alguna manera? La gestión del miedo y el deseo puede suponer, en numerosos casos, una lucha titánica cuerpo a cuerpo con lo peor de una misma.
Cuando esperamos que ocurra algo que nos gustaría, el futuro, ese gran desconocido, se convierte en un monstruo que nos amenaza con lo peor. Por eso la espera se convierte en desesperación, porque como bien advierte la sabiduría popular, «la espera desespera». Oráculos hay para dar y tomar: Tarot de Marsella, de Rider Waite, de Osho, de los Ángeles, de Isis, de las Diosas, de la Luna Roja, de los Arcángeles, de las Hadas, de los Maestros Ascendidos, del Tao, etc.

Abraza la incertidumbre y suelta las expectativas
Cuando acudimos a que nos echen las cartas, estas nos hablan de cosas propias del momento por el que estamos transitando, aunque también del futuro y del pasado. El futuro es moldeable y nosotras tenemos el poder de crearlo. El problema es que nos encabezonamos en querer algo en concreto, en vez de abrirnos al sinfín de posibilidades con las que se construye la realidad. Cada vez que quieres controlar tu vida, lo único que haces es limitarla. Entonces NO permites que suceda lo mejor para ti, sino lo que tú crees que quieres y piensas que es lo mejor para ti. Eso es un error.
El oráculo te puede ayudar a tener una visión diferente de la situación, aunque también puede que, inconscientemente, amoldes sin querer el mensaje a lo que deseas escuchar. Es un autoengaño bastante clásico. Ten en cuenta que el miedo y el deseo, esas dos vocecitas internas que no paran de dar por saco en tu cabeza, son unos auténticos profesionales del autoengaño.
¿Qué pasaría si no alimentaras la incertidumbre?
Cuando acudes a que te adivinen el futuro, puede que suceda lo que te vaticinan y puede que no. Todas sabemos, si echamos mano del libre albedrío, que nuestro poder de decisión nos puede cambiar la vida en una milésima de segundo. Pero ¿qué pasa cuando el deseo de que algo ocurra es más fuerte que tu voluntad? Y viceversa: ¿Qué pasa cuando el miedo a que algo ocurra o deje de ocurrir no te deja vivir? Pues que te engancharás como una ludópata redomada al juego de la adivinación. Y cuanto más dependiente seas de lo que las cartas te digan, menos control tendrás sobre tu vida, porque siempre te van a condicionar.
La mente es como un agujero negro que lo atrae todo. Su funcionamiento es de una complejidad asombrosa, pero no menos increíble resulta la sencillez con que procesa la información que le llega. Se asemeja a un programa informático al que le introdujéramos una nueva variable constantemente. Porque eso hacemos con la mente, «reprogramarla» cada vez que añadimos un pensamiento que no estaba antes. Siguiendo con el símil, en el caso de la mente humana podríamos decir que el miedo y el deseo son puertos donde ciertos pensamientos se anclan para acabar activando determinadas posibilidades. Cuanta más atención les das, más fuerza adquieren, hasta que tu mente convierte en realidad una posibilidad antes inexistente para ti.
Las expectativas son hijas de la incertidumbre
Tu cuerpo apoya este mecanismo activando todo su arsenal químico en forma de emociones que puedes, en algunos casos, identificar, y en otros no. Cuando se trata de dopamina, serotonina, adrenalina, etc., no sueles detectarlas porque la experiencia te tiene totalmente subyugado, sin permitirte ver más allá de ella y, sobre todo, porque esa química es la que te permite sentir vivamente la experiencia.
Eso que llamas tu vida engloba todas las experiencias que vives tanto fuera como dentro de tu mente. Dependiendo de la atención que les des a unas y a otras, podrás estar más o menos tiempo atrapada en ellas. Eso te separa del presente, de la tranquilidad que te da saber lidiar con el miedo y el deseo.
Cuando consigues que esas dos voces dejen de molestarte, entiendes que todo es perfecto, porque lo que tú crees que necesitas en este momento como medio de conseguir algo que quieres (ya sea dinero, una familia, una casa, una pareja, un trabajo o salud) siempre te va a tener en vilo, preso de la expectativa de que se cumpla. Ese anhelo te mantendrá en un estado de alerta constante. ¿No es mejor vivir y disfrutar de tu vida tranquilamente que estar esperando algo en lo que has puesto tus expectativas de felicidad? Tu felicidad no puede depender de nada. Esta es la única manera en la que puedes disfrutar de tranquilidad y tener la lucidez de hacer lo que tengas que hacer en cada momento de tu vida sin más incordios.
Tu mente crea incertidumbre y tu cuerpo le sigue el juego
Cuanto más piensas en algo, más aumentan los niveles de sustancias químicas que crean –y activan después– tus redes neuronales. Es algo que se produce de una manera muy simple al crear un hábito, un patrón de repetición constante. Lo que pienso lo creo en mi mente y mi cuerpo lo traduce a química y estímulos neuronales, o sea reacciona a ello como si fuera real. Marian Rojas Escapé explica muy bien la parte química y científica de las emociones. Pero ¿podemos cambiar esa química? ¿Podemos cambiar lo que atraemos a nuestra vida? ¿Podemos desconectar nuestras redes neuronales y crear otras nuevas? ¡Sí! Para ello tienes que salir del bucle en el que vives, dejar de repetir siempre el mismo tipo de pensamiento en tu cabeza, para así no alimentarlo más, y de esa manera, poder establecer uno nuevo.
No podemos deshacer lo que somos sin crear otra versión de nosotros mismos. Esa nueva versión no es nueva en verdad, sino la original, esa a la que nadie enseñó a reconocer sus emociones de cría. Es vital aprender a reconocer ese mecanismo inconsciente merced al que, sin darte cuenta, suprimes, reprimes o te evades de lo que realmente sientes. ¡Vives completamente ajena a lo que realmente te hace ser como eres!
Los mecanismos mentales de defensa hacia el dolor de la emoción, que no sabes soltar, harán que esa emoción cada vez tenga más fuerza y, en consecuencia, cada día te dolerá más. Cuanto más te duela, más activarás el mecanismo que hayas elegido para alejarte de ella.
«La voluntad de observar el miedo y trabajar con él hasta liberarnos aporta recompensas inmediatas».
Dr. David R. Hawkins, Dejar ir.

Los vampiros de la incertidumbre
Esto es una lucha contigo misma, como he escrito antes, y en esa lucha tienes que salir vencedora. Para lograrlo, debes entender que, tras ese miedo o ese deseo, hay algo más profundo y doloroso que no sabes soltar. Aprender a soltar es vital para poder tener una salud emocional óptima.
En el mundo de la adivinación la oferta es muy amplia, eso no significa que esté plagada de grandes personas o profesionales de una ética intachable. Algunas de ellas, por desgracia la mayoría, te generan dependencia, porque no les importa lo que te pase. No tienen una intención real de ayudarte, lo único que buscan es lucrarse a costa de tu desesperación. Otras te pueden guiar, incluso hacerte consciente de qué es lo que hay en ti que impide que eso que deseas te llegue, o lo que te impide salir de situaciones que te subyugan y puedas cambiar para tomar tu propio rumbo.
Lo realmente importante no son las personas a las que acudes, eres tú. Tienes que aprender a controlar tu miedo a la incertidumbre, aprender a plantarte en el presente y a confiar totalmente en ti. Si le das el poder de tu vida a los demás, nunca podrás liberarte de tu miedo.
Esperar a que las cosas se den puede ser muy angustioso a veces, lo sé de primera mano. Pero adelantarte a ellas lo único que puede provocar es que, al final, hagas algo que no deberías hacer y acabe por ocurrir lo que querías evitar.
Las cartas del tarot representan el camino, el proceso del alma en su búsqueda espiritual con sus diferentes hitos: la caída del ego, las trampas de la mente, el triunfo, etc. Representan arquetipos que copiamos y a partir de los cuales creamos nuestras personalidades. El tarot es algo más interesante y profundo que un simple juego de adivinación al que te puedas volver adicta. Utilizarlo de manera correcta te dará información, igual que tu carta natal o mi Lectura de Alma. Conocer tu sombra y tu luz, y poder equilibrarlas, no es una respuesta tan simple como un sí o un no, es un proceso de transformación que, si lo aprovechas bien, te puede cambiar la vida.
Te recomiendo este libro: Jung y el tarot. Un viaje arquetípico, escrito por Sallie Nichols. Considerando los arcanos mayores como hitos de un mapa del viaje hacia la autorrealización, ayuda a cada lector a experimentar de forma única y personal la enigmática iconografía del Tarot.