¿Qué diferencia hay entre un despertar del sistema y un despertar de conciencia? En un despertar del sistema, te das cuenta de que el sistema te manipula. En un despertar de conciencia, te das cuenta de que eres tú el que te manipulas inconscientemente y, por ende, el que manipula a los demás.
Más allá de la utopía del despertar de conciencia
El despertar de conciencia está sobrevalorado. Muchos lo confunden con iluminarse en el sentido en el que el Buda se iluminó. Pero el despertar de la conciencia es, en verdad, un despertar a la coherencia. Al final, ser feliz es ser coherente. Si hay un justo equilibrio entre lo que piensas, lo que sientes, lo que haces y, por supuesto, lo que eres, tu felicidad está garantizada. Como digo siempre, vaciar tu memoria emocional o karma es vital para poder despertar. Y además, es lo único que hará que estés en armonía y que tu realidad se vea lo menos distorsionada posible por tu ego.
Así que tu vida va a ser todo lo complicada que tú quieras que sea. Equilibrar tus emociones te ayudará a tener una vida más fácil y a ser cero reactivo con tu entorno. Y eso dará mucha paz, te lo aseguro. Sin embargo, las personas quieren llegar al despertar de conciencia por la vía rápida, saltándose el proceso. Quieren ser el Buda antes de enfrentarse a su ego. Encumbrarse sin ascensión es imposible, porque la ascensión es el camino para trascender al ego. Una vez trascendido, la persona no querrá estar por encima de los demás, solo amarlos.
Despertar es conectar con el Dios que todos llevamos dentro. Decir Dios es decir AMOR.
La persona que experimenta un despertar de conciencia sigue siendo una persona normal pero con una comprensión de sí misma mucho mayor. Un rasgo distintivo de su nueva condición es su falta de reactividad. No ser reactivo a tus emociones y a tus pensamientos es no ser reactivo al sistema, porque al final el sistema y tú sois lo mismo. El sistema es tu espejo. Para que el sistema sea diferente, tú tienes que ser diferente. No hay nada fuera ni dentro de ti que te pueda afectar si tú no quieres. ¿Te das cuenta del increíble poder que eso te da? El poder de vivir sin reaccionar al ego ajeno. Simplemente dejas de identificarte con él. Comprendes que tu reacción a lo que el otro manifiesta es la manifestación de tu propio ego. ¿Para qué alterar tu paz? Una respuesta reactiva te aleja considerablemente de estar iluminado.
Un despertar del sistema viene a ser lo mismo. Las personas que han despertado del sistema viven dentro de él, pero se creen que están por encima de sus normas, como si no fueran con ellos o pudieran burlarlas. Su argumento vendría a ser algo así: «Sé que me están engañando, pero yo soy más listo y no van a poder conmigo». En su mente, conciben el sistema como la personalización de un grupo elitista que buscara someterlos y al que, para más señas, sienten como algo completamente ajeno a ellos. El problema es que el sistema somos todos.
Si consigues no dejarte influenciar por el ego del sistema y ser tú mismo, entonces sí que habrás conseguido un despertar completo y salir del sueño de la ilusión, también llamado Maya. Mientras pienses que el sistema actúa en tu contra, no podrás salir de la ilusión del yo, porque no tendrás la capacidad ni la coherencia necesarias para enfrentarte a tu propio ego.
El despertar del sistema de Lidia
Hace un tiempo conocí a Lidia, una mujer que rozaba los cuarenta años y había vivido toda su vida en un entorno seguro. Tenía familia, empleo, pareja estable, casa, salud…, todo eso que supuestamente nos proporciona bienestar y felicidad.
Trabajaba en una institución pública, era militante de un partido político muy conocido y cumplía con sus tareas lo mejor que sabía. Pero lo hacía tan sumamente bien y con tanto celo profesional que, un buen día, empezó a ser objeto de envidia por parte de algunos de sus compañeros. Pronto esa envidia derivó en acoso. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué la despreciaban quienes antes la trataban tan bien?
Su mecanismo de defensa hizo que automáticamente recelase de sus compañeros. Fue entonces cuando empezó a verlos como eran en realidad y no como su amabilidad los pintaba. Con inmensa tristeza, se dio cuenta de que, a los políticos y sus colaboradores, no les importaban los demás, que lo único que les interesaba era el poder. Actuaban movidos por su naturaleza egoísta y mentían sin escrúpulos. Esas personas en las que había puesto toda su confianza y a las que había apoyado fielmente no eran más que una pandilla de manipuladores. Se le cayó la venda de los ojos.
A partir de ese momento, fue viendo progresivamente la verdad hasta toparse con el monstruo de hipocresía colosal para el que había estado trabajando y esforzándose día a día durante años. Cuando no pudo más, su mente explotó como en un éxtasis de los de Teresa de Ávila pero a lo chungo, y ahí tuvo un despertar del sistema. Se dio cuenta de que TODO era mentira.
Cuando te das cuenta de que todo lo que te rodea es mentira, de que nadie hace nada por nadie, de que es el ego el que domina el sistema, ¡zas!, despiertas de golpe.
#Error del sistema#
A Lidia se le desplomaron los cimientos que habían sostenido su vida hasta aquel momento, igual que al pobre Truman cuando se da cuenta de que vive en un gigantesco plató de televisión. ¡Menudo despertar del sistema el suyo!
La mayoría de la humanidad vive encasillada en un monótono ir y venir al que llama «vida», pero que no deja de ser un frontón unipersonal, un diálogo en bucle entre su yo y su interpretación del mundo. Dan igual los infinitos estímulos externos, ellos siguen dando vueltas y vueltas en la rueda del hámster sin darse cuenta de que todo es mentira. Es difícil de ver y de entender cuando estás convencido de que tu vida es lo único que tienes y de que las cosas no pueden ser de otra manera.
La primera reacción de una persona cuando despierta del sistema, o de la Matrix, como también se suele decir, es la de rebelarse. Morfeo lucha por salvar a los que viven atrapados en la red de la Matrix y piensa que Neo es el elegido para conseguir un despertar masivo. ¿Pero dónde está Morfeo? ¿Realmente está fuera de la Matrix porque piensa que lo está o sigue dentro de ella pero de otra manera?
La segunda reacción es avisar a todo el mundo de que está en peligro y de que no debe permitir que el sistema lo manipule. Eso hizo Lidia. Había vivido toda su vida en un engaño y, al descubrir la verdad, lo proclamó a los cuatro vientos. Por supuesto, a su alrededor muchos pensaron que se le había ido la pinza.
La verdad es que el sistema ha existido siempre. Despertar del sistema consiste en darte cuenta de que llevas toda la vida siguiéndole el juego y reaccionando inconsciente a sus provocaciones.
Las personas, por nuestra esencia intrínseca, somos algo más de lo que vemos a simple vista. Tenemos la capacidad de hacer cosas increíbles y de conectar firmemente con nuestra felicidad, aunque a veces nuestra mente condicionada lo vea como una meta imposible. Hay algo que se nos olvida muy pronto y es nuestra potestad de elegir. Tú eliges siempre cómo reaccionar a cualquier cosa, incluso al sistema. Si lo piensas bien, vivir dentro del sistema significa vivir sometido al miedo.
¿Miedo a qué? A no tener trabajo, a no tener dinero, a no tener casa, a no tener Seguridad Social y a no ser feliz por no tener todo lo anterior; miedo a la policía, que se supone que está para protegerte; a los bancos, sobre todo a que te desahucien por no poder pagar la hipoteca; a que te atropelle un coche al cruzar la calle, a quemarte en la playa y coger un cáncer de piel, a que te atraquen, a tantas cosas… Lo que pasa es que sueles hacer como que ese miedo no existe.
Cuando sales del sistema, sigues teniendo miedo a que te manipulen, a que te controlen, a que te inserten un microchip, a que te modifiquen el ADN, a que la cámara del móvil te espíe y vea todo lo que haces, a que te escuchen tus conversaciones más íntimas y las utilicen para venderte un colchón viscoelástico por Instagram. En definitiva, a convertirte en un autómata, en un fiel servidor del sistema. Puedes salir de todas las redes, envolver en papel de aluminio el móvil para que no lo detecten, irte a vivir a una cueva bajo tierra en la Antártida y aun así, seguir muerto de miedo.
Mientras tanto y a pesar del miedo, la vida sigue. Millones de personas madrugan cada día para ir a trabajar, otras tantas se graban bailando en Tik Tok (para hacer reír aunque no sean graciosas) porque quieren ser influencers y ganar dinero sin trabajar, porque al final, de algo hay que vivir, ¿no? Muchos sueñan con la casa en el campo, el huerto, cuatro gallinas, una cabra, ser autosuficientes y de esa manera salir del sistema. O crear una comunidad y vivir todos juntos. Una utopía como cualquier otra. Por desgracia, tampoco se sostiene, porque vivir en una comunidad supone no ser jerárquico; es como ser comunista y hippie, pero sin dejar de ser guay. La cuestión es: ¿De verdad el sistema impide tu liberación?
Acabar con el sistema es una variable clave que el sistema también contempla. Neo lo averigua cuando conoce a El Arquitecto. La abolición o la antítesis del sistema no es más que otra pantallita de la Matrix, el redil de los antisistema. Siento decirte que sistema y manipulación son lo mismo. Son dos caras de la misma moneda, el Yin y el Yang: no se pueden separar. Si estás luchando contra el sistema, es que el sistema que ya te ha ganado, ya te ha robado la energía, ya te ha enredado y manipulado.
Cuando la persona se da cuenta de que no es libre (y la libertad que aparentemente disfruta no es más que un autoengaño), culpa al sistema, a la elite, a los políticos, incluso a los extraterrestres. ¿También a sí misma por haber sido tan necia como para caer en la trampa? No. Al recién despertado el ego le da un salto cuántico hasta el infinito y más allá, y se le hincha como los brazos de Popeye tras engullir un plato de espinacas. Se siente importante, incluso a veces más listo que los demás, a los que mira con pena por no darse cuenta de lo que él ya ha descubierto. ¡Increíble! Por un momento, se siente como Einstein cuando halló la teoría de la relatividad. Por supuesto, experimenta una urgencia irrefrenable por comunicárselo a los demás, ¡tiene que despertarlos!
Como una superheroína, Lidia también se lanzó a esa misión imposible de cabeza. Estaba desolada, porque ¿en quién podía confiar ella ahora? Decepcionada y enfadada por un lado y feliz de haber salido de una trama de falsedad por otro, la tristeza la engullía, porque su vida se estaba derrumbando. Se sentía muy sola, como Julia Roberts en El informe Pelícano. ¿Qué iba a hacer ahora? El miedo le atenazaba: ¿Y si el sistema la perseguía? ¿Y si la mataban por haber descubierto el mayor secreto de la humanidad? Tal era su nivel de paranoia
Hay teorías que aparentemente son para despertarte, pero que en verdad no hacen más que dormirte aún más profundamente de lo que ya estabas.
La desconfianza activa teorías conspiranoicas de todos los colores. El miedo, cuanto más hondo cala, más vulnerable te vuelve, porque te confunde y, de este modo, te convierte en una presa más fácil de manipular. Como el sistema se basa en una realidad dual, la mente cree que siempre hay dos bandos, los buenos y los malos. Y para redondear el argumento, han de estar enfrentados, claro. Si no, la intriga flojea. De modo que la gracia de la historia es que siempre haya un peligro acechando: los malos pueden atacar a los buenos en el momento menos pensado. Pero ¿quiénes son los buenos y quiénes son los malos? ¿Sabes quién lo decide? Tú.
¿Bajo qué criterio? Bajo el tuyo, que es el único que tienes. Y yo me pregunto, ¿por qué crees que tu criterio es fiable? ¿Y si hay un subsistema que te está manipulando para que creas que debes salir del sistema? ¿Qué pasaría si los reptilianos son los antivacunas y quieren que muera toda la humanidad? ¿Y si el virus es un plan macabro de los buenos para modificarte el ADN , y seguir manipulándote? A mí la verdad es que me da igual, porque al final solo veo una cosa: MIEDO.
¿Y si el criterio es el de un señor llamado José Enrique Gonzales con un canal de YouTube plagado de mensajes alarmistas? Y si YouTube le paga al señor Gonzales un dinero por cada visualización que tengan sus vídeos, ¿su mensaje es fiable? Pero, lo más importante, ¿dónde está tu criterio respecto a Gonzales? ¿Qué te hace pensar que ese señor dice la verdad? Solo tu falta de confianza en ti mismo, tu propio miedo es lo que hace que te acobardes, y ahora resulta que el señor Gonzales te ha manipulado. ¿Dónde está ese señor, dentro o fuera del sistema?
Venga de donde venga el MIEDO, siempre vas a ser tú quien decida si te domina o no.
Qué pena que haya tantísimas personas luchando contra algo externo que, en verdad, no es más que su propio miedo. Un conflicto interno no resuelto les hace tomar decisiones erróneas que incluso les pueden llegar a costar la vida. ¿Merece la pena esa lucha?
Para nada.
Te dejo algunos enlaces interesantes:
El Show de Truman. Es un enlace a YouTube pero la tienes tambien en Netflix
Samadhi (primera parte). Documental muy interesante para los que aún no han despertado del sistema.
El libro de la comprensión, de Osho.