Atrapadas en el Tinder terapéutico-espiritual. Tenía un amigo que era adicto a Tinder. Quedaba con una mujer detrás de otra, pero nunca encontraba a su media naranja. Hasta que un día ocurrió: conoció a la que hoy es su compañera. Le pregunté cómo lo había hecho y me respondió categórico: «Dando de baja todas mis cuentas de citas». Después de innumerables encuentros, comprendió que salir del círculo vicioso de Tinder era la única manera de crear la oportunidad de conocer verdaderamente a alguien. Se había dado cuenta de que, si seguía por el camino que llevaba, nunca iba a formalizar nada, porque siempre dejaba abierta la posibilidad de encontrar a alguien mejor.
Con las personas que van buscando la terapia perfecta pasa lo mismo, no pueden parar. Hace años acompañé como invitada a una colega terapeuta muy querida en algunos cursos que hacía los fines de semana. Un día le pregunté: «¿Por qué siempre vienen las mismas personas y encima para arreglar los mismos problemas? ¿Qué les pasa? ¿Por qué no pueden superarlos y seguir adelante con sus vidas?»
La rueda de hámster del Tinder terapéutico-espiritual en el que muchas personas están atrapadas
Aquel momento fue decisivo para darme cuenta de una cuestión crucial: el problema no se resuelve porque no paramos de darle vueltas reviviéndolo una y otra vez. Así lo actualizamos, lo revivimos y lo hacemos presente, con lo que nunca podemos dejarlo atrás. ¡Nunca! Y claro, a cuantos más procesos terapéuticos se apunta la persona, más alimenta la circunstancia de la que supuestamente quiere liberarse. Y más se desespera. Con semejante retroalimentación, ¿quién va a encontrar jamás la terapia milagrosa ni al terapeuta perfecto? Ojo, tampoco significa que existan, igual que no existen la mujer ni el hombre perfectos.
La cuestión es que, cuanto más tarde la persona en darse cuenta de que el tiempo pasa sin solucionar nada y más siga buscando, más se alejará de encontrar eso que tanto anhela. Y tanto más se llenará su «botella emocional» de más miedo, más rabia, más culpa, etc. Lo peor es que el deseo de estar bien se hará cada vez mayor y el miedo a no estarlo crecerá en idéntica proporción.
Este descubrimiento sobre el automachaque terapéutico fue vital para mí, porque me sirvió de detonante para desarrollar lo que, con el correr del tiempo, se ha convertido en mi método habitual de trabajo, que se basa en desintoxicar a las personas de ellas mismas.
Todo se repite, todo se repite, todo se repite
Os recomiendo ver la película Atrapado en el tiempo (El día de la marmota).
Si observas con atención, todo funciona de la misma manera: siempre hay un patrón de repetición autorreproductivo en todo. Cuando digo todo, me refiero a TODO lo que existe: tus pensamientos, tus emociones, los árboles, las hojas de los árboles, los animales, las células, las galaxias… En la base de todas las cosas, hay siempre una estructura matriz que se autorreplica y a partir de la cual se levanta el edificio molecular de su arquitectura. Sucede con todo y en todo. La realidad es fractal, su mecanismo obedece a un patrón de repetición, a una secuencia imparable y en constante crecimiento. Tu vida también.
Imagínate, es como estar dentro de un tornado infinito, una espiral que da vueltas siempre como una peonza sobre su eje. Ese eje es lo que algunos llaman Dios, Universo, Divinidad, etc. Si dejo que la peonza ruede por ella misma, llegará un momento que dejará de rodar, la inercia parará y caerá. El ser humano no puede parar su inercia porque la sensación que le da es de vértigo, de miedo a lo que habrá después. «Si desmonto la vida que he construido, ¿qué será de mí?», piensa. Aunque viva en un engaño, necesita mantener la ilusión de que es real, porque sin esa mentira, desaparece.
«La imaginación del corazón es la capacidad de hacer que lo imposible se convierta en realidad».
¡Si supiera que lo que viene después es maravilloso, que es algo tan increíble que ni se lo puede imaginar! No puede hacerlo porque la imaginación basada en el ego es la proyección de un deseo, pero la imaginación del corazón es la capacidad de hacer que lo imposible se convierta en realidad. El camino del corazón te lo da todo, pero a cambio de entregarte completamente. Eso implica entregar tu ego también. Cuando hace ya unos años comencé el proceso de despertar, me di cuenta de que es infinito. Nadie puede decir que haya despertado del todo y proclamar: ¡Ya soy GURÚ!
La respuesta está en ti deja de vivir atrapada en el Tinder terpéutico-espiritual
Cada día aprendo algo nuevo de las personas que conozco, pero de quien más he aprendido ha sido de mí misma, de mi propia autoobservación. Para mí, lo importante es lo que soy gracias a mi experiencia, que se refleja en lo que hago. Lo que haces es el espejo de lo que eres realmente. Una sociedad que solo acepta aquello a lo que puede ponerle una etiqueta es una sociedad cerrada. Difícilmente puede avanzar, porque vive enquistada en su propio ego.
«En lo único que creo es en la capacidad del ser humano de sanarse a sí mismo».
Las personas necesitan ponerte una etiqueta para definirte. Yo huyo de las etiquetas, no creo en ellas. En lo único que creo es en la capacidad del ser humano de sanarse a sí mismo. Para desarrollar dicha capacidad y ponerla en práctica, solo te necesitas a ti. Yo puedo acompañarte de igual forma que si nos vamos juntas a pasear por la orilla del mar, pero tan solo tú tienes el poder de comprender. Por mucho que te expliquen cómo despertar del engaño del ego, si no entiendes cómo hacerlo, no podrás sanarte. La falta de entendimiento es debida al ego, no a que seas más o menos inteligente. El ego es el que te impide ir más allá, conectar con tu intuición y discernir con claridad.
Podemos compartir nuestro conocimiento con los demás, pero una cosa es conocimiento y otra sabiduría o «saber vivir», como se dice popularmente. Ya lo expliqué en mi artículo anterior. Por eso, si algo sé, es que yo siempre soy yo, haga lo que haga y esté con quien esté.
Si estás buscando, deja de buscar, deja de gastarte un dinero que muchas veces ni tienes y que te quitas renunciando a cosas que son más importantes. La respuesta que buscas no está a la venta en el Tinder terapéutico-espiritual, está en ti.
Los tres perfiles del Tinder terapéutico-espiritual
Hay tres tipos de perfiles en el Tinder terapéutico-espiritual, dos vienen del ego y uno, del corazón. A veces, diferenciarlos es muy difícil.
MIEDO
El primer perfil activa tu MIEDO. En él encontrarás a una persona que intentará que te hagas dependiente de ella. Te dirá lo que tienes que hacer para protegerte de todo lo malo que te pueda pasar. Léase rituales, velas, estampitas, oraciones, etc. La única manera de no atraer al miedo es no tenerlo. Mientras lo tengas, estás expuesta a todo lo malo. El miedo a la incertidumbre engancha a las personas, creando adicciones muy fuertes, como colgarse de las líneas adivinatorias, gurús de dudosa moral, de personas manipuladoras, etc. que lo único que buscan es beneficiarse de tu miedo.
«La única manera de no atraer el miedo es no tenerlo».
En el momento en el que enciendes una vela para protegerte, el miedo sale de ti como si fuera tu olor corporal. Ya lo estás manifestando y por ende, ya lo estás atrayendo. Si este es tu caso, hazte estas preguntas: ¿Me cuesta controlar mi miedo? ¿Me adelanto a las situaciones de manera negativa? ¿Me crea ansiedad la incertidumbre y esperar que las cosas se den por sí solas?
DESEO
El segundo perfil activa tu deseo. Es casi lo mismo pero al revés. Te alimenta la vanidad de ser alguien especial. «Eres una elegida», te dicen, «tienes dones», «posees poderes psíquicos», «has venido a este mundo a salvar a la humanidad», «debes cumplir una misión celestial». Preguntas por tus hijos o por tu economía y le restan importancia: tú no has de preocuparte por esas minucias, sino de poner en práctica el poder de sanación que Dios te ha dado.
Al final, te lo crees. Ser especial te hace sentirte muy bien y te acabas enganchando a este tipo de personas que alimentan el placer que sientes cada vez que te recuerdan que eres una elegida. Así, gradualmente, te vas hinchando dentro de tu ego espiritual, hasta que te lo crees hasta tal punto que te conviertes en algo que no es más que el reflejo de tu sombra, la oscuridad disfrazada de luz.
«El verdadero propósito de nuestra alma es salir de la rueda del miedo y el deseo».
El deseo es lo que tiene: nos hace soñar despiertas. Este tipo de personas te proporciona una falsa sensación de felicidad, la misma que activas cuando sueñas. Tus preguntas para despertar son: ¿Necesito sentirme querida? ¿Necesito que los demás me tengan en consideración? ¿O a lo mejor lo que necesita mi ego es el agradecimiento de los demás egos por todo lo que hago por ellos?
Os recomiendo la lectura de un pequeño gran libro de J. Krishnamurti, A los pies del maestro.
Hay vida más allá del Tinder terapéutico-espiritual
NADA
El tercer perfil no te activa nada, y no te va a gustar si buscas que alimente tu patrón, que te proporcione un amuleto con el que protegerte, que te siga la corriente al compás de tu ego o que te haga una canalización y te comunique mensajes divinos de cualquier ser superior diciéndote que todo va a ir bien, que no tengas miedo porque tú eres especial. El tercer perfil no necesita hacer todo eso, porque, si lo hiciera, estaría alimentando su propio ego, que es lo que hacen los presuntos «profesionales» de los dos perfiles anteriores: engordar su miedo y su falsa sensación de ser extraordinarios. Tú, claro, ¿cómo no los vas a querer? ¡Si te están incluyendo en el círculo de los iniciados!
El tercer perfil es coherente, no quiere que seas dependiente de él, no necesita convencerte de nada. Te trata con amabilidad y con cariño, pero no porque tú seas especial, sino porque así es como trata a los demás una persona que se trata con amabilidad y cariño a sí misma. Si quieres que te acompañe, bien; si no, también bien. Él entiende que estás viviendo tu proceso y te ama sin juicios, seas quien seas y decidas lo que decidas.
«Desintoxicarte de ti misma es más fácil de lo que parece».
Salir del Tinder terapéutico-espiritual va a ser muy complicado para las personas que llevan muchos años metidas en él. Es igual que dejar una adicción a cualquier sustancia. Así que, si todavía no estás demasiado enganchada, te invito a que pares un momento, reflexiones, te tomes a ti misma en serio por una vez y dejes de priorizar a tu ego, que ya lleva demasiado tiempo controlando tu vida. Es hora de mirar por ti, por la que está escondida tras él, porque tu salud emocional está en juego. Y por supuesto, también la tarea de cumplir con el verdadero propósito que tiene nuestra alma: salir de la rueda del miedo y el deseo, de la dualidad del ego, esa polaridad que tan solo provoca sufrimiento.
Como sé que este es el propósito del alma, sé que se puede lograr. ¿No te sientes capaz? Entonces, como dice mi frase preferida, «IMAGINA QUE NADA ES IMPOSIBLE».
¿Qué es el EGO?
El ego es tu experiencia de vida desde su inicio hasta este momento. Si crees en la reencarnación, el inicio sería el momento en el que empezaste a tomar conciencia de ti misma. Si no crees en ella, sería el día que naciste en esta vida. Al final es lo mismo. El ego es todo a lo que has reaccionado emocionalmente, tus condicionamientos y creencias, básicamente el juicio desde el que has interpretado TODO lo vivido. En mi libro Manual de Educación Mágica encontrarás mucha más información sobre cómo funciona el ego y cómo hacer para que no controle tu vida.
A lo mejor ahora es tu momento para replantearte algunas cosas importantes. Si es así, yo te puedo ayudar con la Lectura de Alma, un proceso terapéutico para personas valientes que quieren tomar las riendas de su vida.